Antonio Buero Vallejo, nacido en Guadalajara en 1916, se alzó como uno de los dramaturgos más destacados del siglo XX en España. Su temprana experiencia en la Guerra Civil —combatió en el bando republicano y sufrió prisión— marcó su visión humanista y le imprimió una profunda sensibilidad social que permeó toda su obra. Tras recuperarse, enfocó su talento en el teatro, explorando con elegancia moral los conflictos íntimos y las tensiones éticas del individuo frente a las adversidades colectivas.

Su estilo es sobrio, simbólico y profundamente emotivo, capaz de combinar la poesía con un análisis riguroso de la psicología humana. Obras como Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad y El tragaluz se convirtieron en clásicos del teatro español, retratando el paso del tiempo, la frustración y la necesidad de esperanza con una mirada firme pero compasiva. Fue galardonado con numerosos premios nacionales y considerado una figura fundamental en la renovación del drama español tras la contienda. Buero Vallejo falleció en 2000, dejando un legado teatral de honda significación, que sigue siendo estudiado y representado por su capacidad para conmover y reflexionar sobre la condición humana.