Juan Ruiz, conocido como el Arcipreste de Hita, fue una de las figuras más destacadas de la literatura medieval española. Se estima que vivió entre finales del siglo XIII y mediados del siglo XIV, aunque los datos biográficos sobre su vida son escasos y envueltos en cierta ambigüedad. Se cree que nació en Alcalá de Henares y que ejerció como clérigo en la villa de Hita, en la actual provincia de Guadalajara. Su formación fue amplia y eclesiástica, lo que se refleja en el conocimiento de las fuentes latinas, árabes y cristianas que maneja en su obra.
Su legado literario se centra en un solo pero monumental texto: El libro de buen amor, una obra inclasificable por su riqueza de géneros, tonos y estilos. Mezcla narración, poesía, fábula, sátira, lírica religiosa y erótica, configurando un verdadero mosaico de la vida medieval. El protagonista —una suerte de alter ego del autor— relata sus aventuras amorosas, sus reflexiones sobre la vida, la muerte, el placer, el pecado y la virtud, con un tono que oscila entre la enseñanza moral y el juego irónico. La célebre figura de doña Endrina y la alcahueta Trotaconventos —precursora de la Celestina— son prueba del genio narrativo del Arcipreste.
Su estilo combina sabiduría clerical con picardía popular, lo culto con lo vulgar, lo espiritual con lo carnal, ofreciendo un retrato fascinante de una sociedad en transición. El Libro de buen amor ha sido interpretado tanto como una obra de doctrina como un canto a la vida y al goce humano. Juan Ruiz, con su dominio del verso y su mirada ambigua pero lúcida, permanece como uno de los grandes renovadores del idioma y la literatura castellana.