Galeazzo Ciano, conde de Cortellazzo y Buccari, nació en Livorno en 1903 y fue una figura central en la política italiana durante el fascismo. Hijo del almirante Costanzo Ciano, uno de los colaboradores cercanos de Benito Mussolini, Galeazzo se abrió paso rápidamente en el régimen, combinando ambición, carisma y una habilidad notable para la diplomacia. Se casó con Edda Mussolini, hija del dictador, lo que selló su vínculo con el poder. Fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores en 1936 y ocupó ese cargo hasta 1943, siendo una de las voces más influyentes del régimen, aunque con el tiempo se mostró cada vez más crítico de la alianza con Hitler. Su legado más duradero no proviene de su carrera diplomática, sino de su «Diario 1937-1943», una obra tan reveladora como incómoda, que ofrece una mirada íntima, cínica y a menudo desesperanzada del funcionamiento interno del fascismo italiano. Ciano fue ejecutado en 1944 por orden de su suegro, tras apoyar la caída de Mussolini en el Gran Consejo Fascista. Su figura, contradictoria y trágica, continúa fascinando por la mezcla de oportunismo, lucidez política y fatalismo que destilan sus escritos.