Gustavo A. Sánchez Salazar, nacido en el municipio de Totora (Cochabamba, Bolivia) en julio de 1928, es un periodista y político boliviano cuya trayectoria combina reportaje, compromiso cívico y acción pública. Se formó como ingeniero agrónomo, pero pronto se volcó al periodismo en medios como Progreso, El Mundo y El Diario, destacándose por su cobertura sobre derechos laborales, reforma agraria y movimientos sociales. Durante la década de 1960 colaboró con la Federación Universitaria Local y la Central Obrera Boliviana, participando activamente en los procesos revolucionarios del país.

En los años ochenta fue nombrado viceministro del Interior tras desempeñar un papel clave en la expulsión del criminal de guerra Klaus Barbie de Bolivia y también ejerció como ministro durante el gobierno de Hernán Siles Zuazo. Es coautor de obras como Criminal hasta el final, un testimonio incisivo sobre el caso Barbie y la justicia en América Latina. Su legado combina el periodismo riguroso, la ética política y un compromiso con la memoria histórica.