Jiddu Krishnamurti nació en 1895 en Madanapalle, una localidad del sur de la India, y es considerado una de las figuras más singulares e influyentes del pensamiento espiritual contemporáneo. Fue descubierto a temprana edad por miembros de la Sociedad Teosófica, quienes lo señalaron como el futuro “Instructor del Mundo” y lo educaron para cumplir ese papel. Sin embargo, en 1929, en un acto de independencia radical, disolvió la Orden de la Estrella, renunciando a toda autoridad espiritual sobre otros y rechazando el papel mesiánico que le habían impuesto.
A partir de entonces, dedicó su vida a una búsqueda personal del conocimiento interior y a la difusión de un mensaje profundamente humanista, basado en la libertad, la observación sin juicio y el autoconocimiento. Krishnamurti sostenía que la verdad no puede ser hallada a través de dogmas, religiones, gurús ni ideologías, sino mediante una observación directa y silenciosa de uno mismo y del mundo.
Durante décadas ofreció conferencias en todo el mundo, desde la India hasta Europa y América, y estableció fundaciones educativas en varios países. Sus charlas y libros, como La libertad primera y última o Más allá del pensamiento, se centran en temas como el miedo, la conciencia, el conflicto, la educación y la transformación personal. Su estilo era riguroso y dialogante, alejado de la retórica tradicional, invitando al oyente a cuestionar sin cesar.
Krishnamurti falleció en 1986 en California, dejando una obra profunda, vigente y exigente, que sigue atrayendo a quienes buscan una vía de comprensión sin ataduras religiosas ni sectarias. Fue un pensador libre, cuyo mensaje es tan desafiante como liberador.