Juan Valera y Alcalá-Galiano nació en Cabra (Córdoba) en 1824, en el seno de una familia con raíces aristocráticas y tradición liberal. Estudió Filosofía, Lenguas Clásicas y posteriormente Derecho en Málaga, Granada y Madrid, formación que compaginó con una profunda curiosidad literaria. Abandonó la abogacía para dedicarse al servicio diplomático, ejercido entre ciudades como Nápoles, Lisboa, San Petersburgo, Washington, Bruselas o Viena, experiencia que le dotó de una perspectiva cosmopolita y sutil ironía. En 1862 fue elegido académico de la Real Academia Española, donde resaltó por su defensa de la pureza del idioma.
Como escritor, fusionó un estilo prístino y elegante con un profundo sentido moral. En 1874 publicó Pepita Jiménez, novela que narra el conflicto interior de un joven seminarista cuya voz refinada y equilibrada lo convirtió en modelo de la novela psicológica española. A ella sucedieron títulos como Las ilusiones del doctor Faustino, El comendador Mendoza, Doña Luz y Juanita la Larga, obras en las que combinó costumbrismo, reflexión y buen dominio del diálogo. También cultivó el ensayo, la crítica literaria y un voluminoso epistolario, a través del cual retrató su época con agudeza, humor y una elegancia bien entendida.
Valera se mantuvo fiel a su visión estética: rechazó los excesos naturalistas, apostó por una narrativa idealista y refinada, y reivindicó la novela como arte al servicio de la belleza. Murió en Madrid en 1905, dejando una obra clásica y atemporal que sigue siendo referente de estilo, corrección lingüística y moderación intelectual.