María Montessori nació el 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle, Italia, y fue una pionera que rompió moldes: en una época en que las mujeres tenían escasas oportunidades, se graduó en ingeniería y luego, en 1896, se convirtió en una de las primeras médicas de Italia. Su formación en psiquiatría y pedagogía la llevó a trabajar con niños con dificultades, donde diseñó materiales educativos basados en la observación científica de los comportamientos infantiles.
En 1907 abrió en Roma la primera Casa dei Bambini, un espacio donde los niños entre tres y seis años aprendían mediante experiencias sensoriales, manipulación y autonomía. De esa experiencia nació lo que hoy conocemos como método Montessori, centrado en el desarrollo del potencial individual en un entorno preparado, respetuoso y motivador. Sus escritos como El método Montessori y La mente absorbente del niño sistematizaron esta propuesta educativa, que destaca la autoeducación, la libertad dentro de límites y la figura del adulto como guía de procesos en lugar de transmisor de conocimientos.
Durante su vida amplió su enfoque a primaria y adolescencia, fundó instituciones y redes como la Asociación Montessori Internacional y viajó por Europa, Asia y América difundiendo su visión. En la India, durante la Segunda Guerra Mundial, adaptó su método a niños mayores y consolidó su proyección global. Falleció en 1952, pero su legado perdura en miles de escuelas en todo el mundo, inspirando a generaciones con una educación centrada en la dignidad y el ritmo de cada niño.