Max Frisch (1911–1991) fue un escritor, arquitecto y dramaturgo suizo que se convirtió en una de las voces más agudas e influyentes de la literatura en lengua alemana del siglo XX. Nacido en Zúrich, abandonó pronto sus estudios de Literatura para ejercer como arquitecto, profesión que alternó con la escritura hasta que su éxito literario lo llevó a dedicarse de lleno a las letras. Sus obras abordan con lucidez temas como la identidad, la responsabilidad individual, la moralidad y la alienación, siempre con una prosa sobria y cargada de ironía.
Su primera gran novela, Yo no soy Stiller, cuestiona la idea de la identidad fija y pone en duda las construcciones sociales del “yo”. Le siguieron títulos como Homo Faber, una reflexión sobre el determinismo racional frente al azar de la vida, y Gantenbein, donde juega con la multiplicidad de las máscaras humanas. También escribió teatro con obras emblemáticas como Los incendiarios y Andorra, que denuncian la hipocresía, el conformismo y los prejuicios sociales.
Su estilo combina introspección, crítica social y estructura narrativa innovadora. A lo largo de su vida, mantuvo un diálogo constante con la conciencia europea de posguerra, desnudando las contradicciones del individuo moderno. Max Frisch dejó un legado que desafía al lector a pensar y a enfrentarse consigo mismo sin concesiones.