P. D. James, nacida como Phyllis Dorothy James White en 1920, fue una de las grandes damas de la novela policiaca británica, admirada por su elegancia narrativa y la profundidad psicológica de sus personajes. Debutó en 1962 con Cubridle el rostro, donde presentó al inspector Adam Dalgliesh, figura clave de una extensa saga que combina intriga criminal, sensibilidad poética y un trasfondo institucional preciso. Antes de dedicarse de lleno a la escritura, trabajó en el sistema de salud y en el Ministerio del Interior, experiencia que aportó autenticidad a sus tramas. A lo largo de su carrera escribió diecinueve novelas con Dalgliesh, además de obras protagonizadas por la detective Cordelia Gray y títulos independientes como Los hijos de los hombres, que fue adaptado al cine. Su estilo se caracteriza por un ritmo pausado, un lenguaje cuidado y una mirada ética sobre el crimen. Fue nombrada baronesa en 1991 y mantuvo su actividad literaria hasta su fallecimiento en 2014, dejando un legado imprescindible en la novela negra contemporánea.