Philip Roth, nacido en Newark en 1933 y fallecido en Nueva York en 2018, fue uno de los novelistas más influyentes de la literatura estadounidense del siglo XX. De origen judío, su obra exploró con valentía la identidad judía, el sexo, la religión y los sueños rotos del sueño americano. Su debut, Adiós, Columbus, le acercó al reconocimiento literario, pero fue El lamento de Portnoy (1969) la novela que lo catapultó: un monólogo escandaloso y mordaz que puso en tela de juicio las convenciones sociales y familiares. En los años noventa escribió su aclamada «trilogía americana»: Pastoral americana, Me casé con un comunista y La mancha humana, en las que desarrolló su alter ego Nathan Zuckerman para reflexionar sobre la culpa, el lo familiar y los cambios culturales. Roth se alejó de la ficción tras Némesis (2010), tras más de treinta obras, premios como el Pulitzer y el National Book Award, y una carrera marcada por su mezcla de introspección, provocación y talante polémico, que sigue resonando por su honestidad brutal y su control del lenguaje.