Taylor Caldwell nació en Manchester en 1900 y emigró con su familia a Estados Unidos siendo niña. Desde muy joven mostró una pasión por la escritura y, tras completar su formación en la Universidad de Buffalo, comenzó a publicar novelas. En 1938 alcanzó el éxito con Dinastía de la muerte, la primera entrega de una saga que la consagró como una narradora excepcional de epopeyas familiares. A lo largo de su carrera creó más de cuarenta obras, muchas ambientadas en contextos históricos o religiosos, entre las que destacan Capitanes y reyes, Médico de hombres y de almas (sobre la figura de San Lucas) y Un pilar de hierro (sobre Cicerón). Sus relatos, generalmente repletos de tensión moral, ideales de justicia y valores tradicionales, conectaron profundamente con el público, y varios de ellos llegaron a encabezar las listas de bestsellers. Escritora incansable, trabajó con disciplina hasta perder la facultad de hablar, dejando tras de sí un legado de literatura popular con mensaje ético, pasión narrativa y un firme compromiso con el individualismo y la dignidad humana.