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La llave
Iliana Wildwood haría todo lo necesario para escapar del depravado barón que pretende quedarse con sus terrenos, incluso casarse con un bárbaro… Tras huir a las Highlands, Iliana se casa con Duncan, lord del castillo Dunbar. Y algo tiene este viril guerrero que hace que hasta sus rodillas se estremezcan. Pero no todo pinta bien en estas tierras de Escocia, e Iliana no confiará en nadie hasta que descubra el origen de sus sospechas. Decidida por lo tanto a resistirse a su atractivo esposo, Iliana encontrará una manera de preservar sus «secretos»: un cinturón de castidad servirá a la osada belleza para frenar las insinuaciones del lord. Sin embargo, su esposo cambia de táctica y emprende un sensual acoso que aplacará sus intenciones. Y mientras se aclaran las cosas, Iliana se da cuenta de que lo que realmente tenía guardado bajo llave era su corazón, y su tozudo escocés también…
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Laurel (Siete novias IV)
La reputación de Hen Randolph como pistolero sin corazón que no necesita amigos, familia o mujeres fue la razón que hizo que le contrataran como sheriff de Sycamore Flats, una pequeña ciudad de Arizona. Necesitaban a alguien lo suficientemente duro como para protegerles de los Blackthornes, que asolaban la ciudad y ahuyentaban a los anteriores sheriffs. Cuando salva a la joven viuda Laurel Blackthorne de una paliza, se da cuenta de que se ha ganado la enemistad de todo el clan. Cuando se niega a que los Blackthornes se lleven al hijo de Laurel, planean matarle y avisan a la gente del pueblo para que se mantengan al margen. Laurel Blackthorne no necesita a ningún pistolero ni a las armas. Hen no es muy distinto de su difunto marido o de la familia de él. Sólo quería probar que estaba legalmente casada con Carlin Blackthorne y que su hijo era legítimo. Ella no quiere que interfiera el nuevo sheriff. Pero cuando él se involucra y atiende sus heridas con cuidado, ella ve la ternura que hay tras el pistolero. Pero Hen es un solitario que está vacío por dentro, que es incapaz de amar y que ciertamente no es merecedor del amor de nadie. Ella le ama pero no puede esperar tener ningún futuro con él. Siendo el sheriff, siempre estaría en peligro, y ella no puede soportar la idea de perderle. Cuando él dice que intenta enfrentarse a todo el clan Blackthorne si la ciudad se niega a apoyarle, ella no puede saber si es un santo o un loco y pretende abandonar la ciudad. No llega muy lejos antes de decidir que tener a un hombre que esté loco por ella no está mal del todo.