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Cien años de soledad
«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo». Con estas palabras empieza la novela ya legendaria en los anales de la literatura universal, una de las aventuras literarias más fascinantes de nuestro siglo. Millones de ejemplares de Cien años de soledad leídos en todas las lenguas y el Premio Nobel de Literatura coronando una obra que se había abierto paso «boca a boca» -como gusta decir al escritor- son la más palpable demostración de que la aventura fabulosa de la familia Buendía-Iguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.
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Don Quijote de la Mancha
Una de las novelas más importantes de todos los tiempos y para muchos la obra definitiva de la literatura española. Escrita por Miguel de Cervantes (1547-1616) y publicada entre 1605 y 1615, narra las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (llamado realmente Alonso Quijano), en su misión personal de enmendar entuertos en donde los hubiere, acompañado de su fiel escudero, y amigo Sancho Panza. Nacida del amor de su autor por la novela caballeresca, Don Quijote se convirtió en una oda a ese particular estilo y en una crítica mordaz y humorística de la sociedad y el mundo de la época.