En esta novela provocadora y simbólica, Espeso construye un “paraíso” artificial en el que todo parece estar controlado: los deseos, los cuerpos, incluso los pensamientos. Pero bajo esa aparente armonía se oculta una crítica feroz al totalitarismo, la uniformidad ideológica y la pérdida de libertad individual. A través de una narrativa distópica, el autor propone una reflexión sobre el precio de la felicidad cuando esta es impuesta. Ácida, inquietante y profundamente crítica.